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jueves, 4 de octubre de 2012

El Camarero


En aquel café se encontraban hablando del tiempo pasado, de los problemas que ella tenía y de los que el también tenia. Eran los mejores amigos y siempre se contaban todo, nunca tenían secretos y eso les gustaba. Se habían conocido el 1 día de clases cuando eran pequeños y desde que les habían sentado juntos sabían que serian los mejores amigos.

-           Se que te sientes mal porque tu hermana se vaya a casar con el chico que te gusto durante varios años - ella le miro, mientras él le acariciaba la mano - no estés mal, ahora debes pasar página y enamorarte de otro.

-           Decirlo es fácil, hacerlo es difícil.

-          No digas eso, se que tu puedes olvidarlo. Solo tienes que conseguirlo - él le miro a los ojos y le sonrió - animo, yo te ayudare a olvidarlo.

-          Gracias, eres el mejor amigo que se puede tener. Nunca nos podremos separar - aquello hizo que ambos sonrieran - eres a la única persona que le cuento mis intimidades y secretos mas íntimos.

-           Ya veo, como yo a ti - ella le sonrió y él se limito a beber de su café.

-           Cuéntame algo - aquello hizo que él estuviera un rato pensando que no le había contado todavía. No encontró nada al cabo de un rato - no pasa nada.

-          ¿Qué tal el Señor Bigotes?

-          De maravilla, esta resplandeciente y eso que ya tiene sus años - ella tomo un poco de su capuchino y lo noto un poco frio. Así que llamo al camarero, le pidió medio atontada; por aquel joven de tez rosada, unos rasgos faciales que le hacían una cara bonita y unos ojos de un verde intenso de largas pestañas; un poco de leche caliente y cuando se lo trajo ella no sabía cómo reaccionar. Su mejor amigo se quedo mirando el comportamiento de ella.

-          ¿Qué ha pasado? - ella se limito a decir nada, pero sabía que él no se lo creería.

-           Se que ha sucedido algo y quiero saberlo ahora.

-          Que no he visto a alguien tan guapo como él en la vida real, me he quedado atontada y no sé muy bien porque - ella se sonrojo, miro a la barra y allí estaba el camarero sirviendo en las bandejas que luego llevaría a las mesas. El miro a su amiga y le dijo que bien, que le parecía guapo era mejor que pensar en su futuro cuñado - gracias.

Estuvieron hablando un rato hasta que decidieron marcharse, discutieron a ver quien pagaba y al final cada uno decido pagar lo suyo.

-          Para las jovencitas tan guapas como tu el café es gratis - ella le dijo que no hacía falta, pero el guapo camarero insistió, que quería regalarle el capuchino.
Gracias, eres muy amable - ella le sonrió, estaba feliz, el joven camarero se había fijado en ella y eso era buena señal o eso le dijo su mejor cuando salieron de aquel café. Ella le dijo que la gente puede ser amable sin tener que enamorarse o sentir algo hacia la otra persona. Pero su mejor amigo dejo caer las intenciones del simpático camarero.

1 comentario:

  1. me encantan tus relatos pero le falta algo, a veces tus relatos son un poco ñoños y aburridos y otros estan bien, deberian de describir lo que hay a su alededor, los sonidos, el paisaje y sobretodo que pase algo, que te deje con las ganas...!!
    SUERTE!

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Si me comentan me harán muy feliz, ya que me ayudarán a mejorar en mis relatos