Holly abrió la puerta de su habitación, se encontraba cansada después de
un duro día de trabajo y lo único que necesitaba era descansar un poco antes de
comer. Pero le iba ser imposible, ya que él se encontraba sentado en el sofá
que estaba en un lado de la habitación que Holly poseía en ese piso, estaba
otra vez con traje, con la manzana en una de las manos, a la que le faltaban
dos trozos, lanzándosela y cogiéndola al vuelo, y en la otra mano tenía una
agenda digital. Holly la reconoció enseguida, era la suya y lo sabía porque en
la funda tenía una pegatina de un corazón.
-
¡Devuélvemela! - le ordeno ella. Pero el no
quiso.
-
Interesante, me parece muy interesante lo que
escribes aquí - ella empezaba a cabrearse.
-
Lo que
escribo aquí no es te tu incumbencia - ella le quito la agenda digital de la
mano y la apago - Como vuelvas a leerlo te enteras, seré capaz de hacerte mucho
daño, no me pruebes.
-
Me gusta
cuando te enfadas, estas sexy - ella le miro extrañada, ¿se encontraba sexy
cuando se enfadaba? Lo dudaba, aunque si él lo decía le alagaba - ven.
Ella se acerco a él y se sentó en su regazo, le tenía muy cerca, estaba
contemplando como respiraba mientras el contemplaba a Hoy como le miraba
sonriente.
-
Sabes que
siempre te querré - ella se acerco a él y ambos se fundieron en un cálido y
merecido beso.
-
Yo
también te querré siempre, incluso más que ahora - el sonrió, ella era genial,
no podía creer que estuviera con él, no entendía como Holly era así de
especial, nunca lo entendería. Pero aun así le daba igual no entenderlo, le
encantaba que Holly le quisiera como él o incluso más.
Ella empezó a besarle el cuello, necesitaba adrenalina y eso que estaba un
poco cansada. Le quito la chaqueta del traje, la camisa le quedaba muy bien. El
de camisa estaba genial y sobre todo guapo. Él le quito a ella la chaqueta que
todavía no había tenido tiempo de quitarse. Miro como le quedaba el vestido
azul.
-
Estás preciosa con este vestido - ella le dio
las gracias. Nunca se había encontrado tan bien con alguien y ahora estaba con
él no podía creérselo.
-
Y tú estás arrebatador con esa camisa.
Ambos se miraron, Holly necesitaba dormir, pero por otro lado no quería
echarle de la habitación, fue cerrando los ojos hasta apoyar su frente contra
la de él.
-
Se nota que estas cansada - ella le asintió -
vamos a la cama cariño, necesitas descansar.
-
No, quiero sentirte y si me duermo no podre
sentirte - ella se quejo.
-
Me
quedare a tu lado todo el rato, así podrás dormir tranquila - ella acepto, no
quería que se fuera de la habitación, le quería con ella a toda costa, quería
dormirse con él a su lado - te despertare cuando comamos - ella acepto, no
podía creerse que él se quedara a su lado mirando como dormía y leyendo un
libro, uno en papel.
Se acostaron, ella se había puesto algo más cómodo para
poder descansar y el mientras había cogido el libro que pensaba leer. Se quito
los zapatos y se acostó en la cama de matrimonio que ella tenía con sabanas en
un azul cielo y una colcha en diferentes tonos. Ella se acostó, se apoyo en el
pecho de él y enseguida tapadita se quedó dormida, estaba muy cansada y se
notaba. El contemplo como respiraba, era una respiración suave y rítmica. Allí
se encontraba a gusto, Holly era genial, era tan perfecta que no quería
perderla en la vida.
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