En aquel café se encontraban hablando del tiempo pasado, de
los problemas que ella tenía y de los que el también tenia. Eran los mejores
amigos y siempre se contaban todo, nunca tenían secretos y eso les gustaba. Se habían
conocido el 1 día de clases cuando eran pequeños y desde que les habían sentado
juntos sabían que serian los mejores amigos.
-
Se que te
sientes mal porque tu hermana se vaya a casar con el chico que te gusto durante
varios años - ella le miro, mientras él le acariciaba la mano - no estés mal,
ahora debes pasar página y enamorarte de otro.
-
Decirlo es
fácil, hacerlo es difícil.
-
No digas eso, se que tu puedes olvidarlo. Solo
tienes que conseguirlo - él le miro a los ojos y le sonrió - animo, yo te
ayudare a olvidarlo.
-
Gracias, eres el mejor amigo que se puede tener.
Nunca nos podremos separar - aquello hizo que ambos sonrieran - eres a la única
persona que le cuento mis intimidades y secretos mas íntimos.
-
Ya veo,
como yo a ti - ella le sonrió y él se limito a beber de su café.
-
Cuéntame
algo - aquello hizo que él estuviera un rato pensando que no le había contado todavía.
No encontró nada al cabo de un rato - no pasa nada.
-
¿Qué tal el Señor Bigotes?
-
De maravilla, esta resplandeciente y eso que ya
tiene sus años - ella tomo un poco de su capuchino y lo noto un poco frio. Así
que llamo al camarero, le pidió medio atontada; por aquel joven de tez rosada,
unos rasgos faciales que le hacían una cara bonita y unos ojos de un verde
intenso de largas pestañas; un poco de leche caliente y cuando se lo trajo ella
no sabía cómo reaccionar. Su mejor amigo se quedo mirando el comportamiento de
ella.
-
¿Qué ha pasado? - ella se limito a decir nada,
pero sabía que él no se lo creería.
-
Se que ha
sucedido algo y quiero saberlo ahora.
-
Que no he visto a alguien tan guapo como él en
la vida real, me he quedado atontada y no sé muy bien porque - ella se sonrojo,
miro a la barra y allí estaba el camarero sirviendo en las bandejas que luego llevaría
a las mesas. El miro a su amiga y le dijo que bien, que le parecía guapo era
mejor que pensar en su futuro cuñado - gracias.
Estuvieron hablando un rato hasta que decidieron marcharse,
discutieron a ver quien pagaba y al final cada uno decido pagar lo suyo.
-
Para las jovencitas tan guapas como tu el café
es gratis - ella le dijo que no hacía falta, pero el guapo camarero insistió,
que quería regalarle el capuchino.
Gracias, eres muy amable - ella le sonrió, estaba
feliz, el joven camarero se había fijado en ella y eso era buena señal o eso le
dijo su mejor cuando salieron de aquel café. Ella le dijo que la gente puede
ser amable sin tener que enamorarse o sentir algo hacia la otra persona. Pero
su mejor amigo dejo caer las intenciones del simpático camarero.
me encantan tus relatos pero le falta algo, a veces tus relatos son un poco ñoños y aburridos y otros estan bien, deberian de describir lo que hay a su alededor, los sonidos, el paisaje y sobretodo que pase algo, que te deje con las ganas...!!
ResponderEliminarSUERTE!